Conoce Aretxabaleta
Los descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en el municipio muestran que el ser humano prehistórico habitó estas tierras. No obstante, la primera mención expresa de Aretxabaleta data del siglo X, cuando pertenecía a la Mancomunidad del Valle de Léniz junto con Arrasate, Gatzaga y Eskoriatza.
De 1331 en adelante, la Mancomunidad la formaban Aretxabaleta y Eskoriatza. Desde el año 1374 hasta el 1556, estos dos municipios estuvieron bajo el control del Conde de Oñate. Más tarde, Aretxabaleta logró la independencia de manos de Felipe IV.
El devenir histórico de este municipio se ha caracterizado por el dinamismo de sus habitantes, que con el tiempo lo han convertido en una localidad próspera e industrializada. Aretxabaleta forma parte de la zona que vio nacer el cooperativismo, un movimiento empresarial que ha influido de manera decisiva en la evolución económica de Gipuzkoa.
Un rápido vistazo a sus principales indicadores económicos ofrece una imagen acertada de la realidad de Aretxabaleta. El porcentaje de sus habitantes que desempeña una actividad laboral relacionada con la industria es el doble de la media registrada en Gipuzkoa. Los servicios también son una actividad con un importante peso en la economía del municipio, que da empleo a un elevado porcentaje de sus vecinos.
Además de su marcado carácter industrial, Aretxabaleta conserva un interesante conjunto monumental en el que destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con la cripta de la antigua iglesia de San Miguel de Bedarreta en su interior, el Palacio de Otalora o la casa-torre de Arrabate. Los principales atractivos naturales son el embalse de Urkulu y el monte Kurtzebarri.