Historia

Los inicios

Parroquia AretxabaletaEl surgimiento de la mancomunidad del Valle de Léniz es el punto de partida del devenir histórico de Aretxabaleta. En los primeros años del siglo XIII, aquella primera entidad comarcal integraba además de a nuestra villa a los núcleos de población de Leintz-Gatzaga, Arrasate y Eskoriatza, pero Arrasate y Leintz-Gatzaga no tardaron en abandonar la mancomunidad y proseguir su andadura en solitario (el primero en 1260, y el segundo en 1331). A partir de entonces, Eskoriatza y Aretxabaleta enfilaron juntos una trayectoria común portando el estandarte del Valle de Léniz.

Diecisiete enclaves en régimen de igualdad, con su propio Concejo, Alcalde y normas conformaban el valle. Como entidad superior, aunque sin capacidad de inmiscuirse en los asuntos particulares de cada uno de los enclaves del valle, existía un Concejo y un Alcalde de Hermandad, cargo que correspondía a cualquier vecino que fuera hidalgo.

En el año 1374, Enrique II de Castilla adopta una decisión que abrió la página de uno de los episodios más penosos de la historia del Valle de Léniz. Por obra y gracia del monarca castellano, el Valle al completo fue donado a Beltrán de Guevara, Conde de Oñate, pasando a depender a todos sus efectos de la jurisdicción que imponía el citado conde sobre el Señorío oñatiarra. Esta decisión no trajo más que desgracias para sus habitantes, que además de las constantes humillaciones y desmanes que sufrieron del poder señorial, se vieron obligados a participar en las luchas de banderías, como la de Urrexolagarai, que enfrentó a vecinos del valle con los de Oñati, o la operación de castigo que sufrieron en 1423.

Reintegración en Gipuzkoa

Decisiones como el traspaso de los diecisiete enclaves a las Hermandades de Alava, sobre las que el Conde de Oñate ejercía su poder, no hizo sino acrecentar el malestar de los vecinos del Valle de Léniz. El Valle apeló ante los Reyes Católicos que, mediante una Real Cédula, lo reintegró nuevamente en Guipúzcoa, decisión que fue ratificada en las Juntas Provinciales de Uzarraga y Bidania el 29 de abril de 1497.

Levado por su obstinación, el Conde de Oñate se negó a acatar tal pronunciamiento y no cesó de provocar problemas en el Valle, actitud que colmó la paciencia de los leniztarras en 1542 a raíz de los abusos y desmanes que cometió durante el alarde. Una nueva protesta ante el monarca liberó por fin al Valle de Léniz del yugo señorial incorporándolo a las tierras reales. Por fin, en 1556 la independencia se hizo realidad bajo el título de Real Valle de Léniz.

Separación de Eskoriatza

La nueva etapa inauguró la tormentosa relación entre Aretxabaleta y Eskoriatza, que ambicionaban su hegemonía sobre el conjunto del territorio. Los conflictos por convertirse en cabeza de partido o poseer privilegios tales como la cárcel, el cepo o la picota no dejaron de sucederse hasta que en 1630 el rey Felipe IV ordenó la separación del Valle. A un lado, Eskoriatza con sus anteiglesias y, al otro, Aretxabaleta, que se adjudicó los enclaves de Aozaraza, Arkarazo, Areantza, Bedoña, Galartza, Isurieta y Larriño. La división supuso el fin del Valle de Léniz como entidad jurídica y abrió la puerta al nacimiento de dos ayuntamientos independientes con sus respectivas competencias.

Puerta DuranaA pesar de la disgregación, ambos municipios continuaron enfrentados por temas menores hasta el primer tercio del siglo XIX. El amojonamiento de los lindes, la titulación del pueblo, el asiento en las Juntas Provinciales y los Alardes fueron algunos motivos que tensaron en todo este tiempo las relaciones vecinales de ambos municipios. En 1828 las disputas llegaron a su fin con un acuerdo final sobre los últimos terrenos en discordia.

La construcción del "Camino Real de Postas de Madrid a Francia" que surcaba Aretxabaleta influyó decisivamente sobre el municipio a finales del pasado y principios de este siglo. El valle se revitalizó y se construyeron varias casas de baño que actuaron como reclamo de la alta sociedad madrileña.

Aprovechando los abundantes manantiales de agua sulfurosa se erigieron dos casas de baño a mediados del siglo pasado. En 1843 se levantó la Casa de Baños de Ibarra o baños viejos. La demanda por disfrutar de las cualidades terapéuticas de sus aguas fue tal que las dieciséis habitaciones se quedaron pequeñas surgiendo una hospedería en las cercanías. La afluencia de nobles madrileños al lugar provocó que se le denominara Puerta del Sol o Portasol, nombre por el que hoy todavía se le conoce. El agua que proporcionaba el manantial poseía virtudes terapéuticas en las enfermedades cutáneas y respiratorias, básicamente. Los últimos restos de los Baños de Ibarra fueron demolidos en 1987.

En 1867, la oferta balnearia de Aretxabaleta fue ampliada con la construcción de la Casa de Baños de Otalora, que llegó a contar con sesenta habitaciones. Sus aguas se caracterizaban por estar compuestas de cinco gramos de sal por litro. No duró mucho, ya que fue cerrada en 1896. Las Madres Agustinas de Arrasate ocuparon estas dependencias antes de su definitiva demolición.

El proceso industrializador

El sector agropecuario, centrado en la producción de los caseríos, constituyó el eje de la estructura económica atxabaltarra hasta avanzada la primera mitad del siglo. Progresivamente esta realidad ha sido sustituida por una actividad industrial centrada en la cerrajería y otros transformados metálicos.

En el presente, la industria emplea al 53% de la población activa ocupada del municipio. Las empresas de servicios existentes se apoyan en esta actividad industrial.

La industria cerrajera se instaló en Aretxabaleta entre las décadas de los 50 y 60, acompañada de la creación de numerosas pequeñas empresas. Hoy CVL es la firma más representativa del sector. Igualmente, la década de los 60 ve crecer en el valle la experiencia cooperativa, cuyo principal exponente en la localidad es COPRECI, dedicada a la fabricación de componentes de electrodomésticos.

Aunque situada en el término municipal de Eskoriatza, la empresa cooperativa EDERLAN, dedicada a la fabricación de componentes de automoción dentro de un proceso de diversificación y crecimiento, ha instalado en el polígono industrial de Etxebarri, en Aretxabaleta, una moderna planta de inyección de aluminio.

En 1984, y por iniciativa del Ayuntamiento, se constituyó Aretxabaletako Industrialdea, S.A. con la participación del Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa. ARINSA ha construido 24.000 m2 de pabellones industriales en el Polígono Basabe.

ARINSA ha dado paso a Deba Goieneko Industrialdea, S.A. Esta nueva sociedad, atendiendo a las necesidades de suelo industrial de Aretxabaleta, ha construido 15.000 m2 de pabellones en el Polígono Bainetxe.